No te olvides el cepillo de dientes

Una de las grandes bazas de este original programa tenía que ver con el público, que participaba activamente en el concurso y que optaba a premios increíbles, como por ejemplo salir del plató rumbo a un país exótico para vivir un viaje apasionante.

Paula Vázquez y Àlex Casanovas le dieron al programa un aire desenfadado, ágil y divertido. Y a ello ayudó mucho la complicidad del público, interesado más que nadie en que la pareja participante saliese airosa de las pruebas, ya que, en caso de que ésta ganase, todo el público ganaba un viaje a las Canarias. Es decir, había posibilidad de premio por todas partes. Las pruebas eran de lo más original, nunca se repetían y, en ocasiones, familiares de los concursantes podían echar una mano.

Sólo había cuatro requisitos imprescindibles para ser uno de los 250 espectadores que podían acudir al programa: el primero, y más importante, asumir la posibilidad de viajar a cualquier parte del mundo desde el mismo escenario del concurso al finalizar el programa, es decir, sin pasar por casa; el segundo, llevar una maleta con lo más necesario; el tercero, tener el pasaporte en regla y llevarlo consigo, y el cuarto, por supuesto, haber cogido el cepillo de dientes.